lunes, 19 de julio de 2010

Tiempo de presente


( Menina, de Yiyo Moro)


Vivo mis vacaciones como un interminable fin de semana. Los viernes, sábados y domingos– victoriosos - lograron desterrar de la semana a los otros días. 
El tiempo se detuvo en los meandros de los calendarios dilatándose como los relojes de Dalí en un presente feliz. No hay pasados ni futuros. 
Estos dos meses de verano que las agendas escolares que rigen mi vida laboral ignoran, solo se dejan conjugar en ese tiempo que tanto me gusta : el presente continuo. 
Estoy escribiendo, nadando, cocinando, leyendo, paseando, comiendo, bebiendo, disfrutando, descubriendo, conociendo… Es decir, estoy viviendo, sintiendo cada minuto, no por la obligación de la rutina que me impone o por el maravilloso plan que imaginé para mañana , sino por la sorpresa y la alegría de llenarlo yo ahora de algo, libre de todo, ajena a mi misma. No esperando nada y agradeciéndolo todo: el verde y el azul, la luz, el coro de pájaros, la cosecha, los melocotones, la buena compañía. Y por encima de todo, este amor.
Solo vivimos de verdad lo que estamos viviendo ahora. Recordar o planear no es vivir: es pensar a través de lo vivido o del proyecto de vivir.
Dejemonos conjugar en presente.

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